CAMINATA SENSORIAL

En la clase pasada de Diseño, fuimos con todo el curso a una charla en el río. Allí nos encontramos con una joven arquitecta especializada en “caminabilidad” con quien hablamos de varias cosas e hicimos una pequeña prueba de caminar con los ojos cerrados hasta la mitad del puente. 

Yo pensé que esa era la experiencia, pero no.  Nos ubicamos en 4 largas filas y cada uno con los ojos tapados y así comenzamos a dar los primeros pasos con el objetivo de llegar hasta nuestra aula en el 3er piso de FADU. Íbamos agarrados del hombro del de adelante y así sentíamos casa desnivel o obstáculo que había por delante. 

En los primeros pasos sentí mucho miedo, el miedo a la oscuridad. No es la misma oscuridad que la que necesito para poder dormir, esa se trata de una oscuridad deseada y controlada. Pero cuando hay una oscuridad que no puedes medir ni controlar, ahí viene el miedo. Miedo a caerte, miedo a pasar el ridículo, miedo a no poder volver a abrir los ojos.

Al caminar te aferras al hombro del de adelante e intentas avanzar; pero caminas lento, con pasos cortitos, como un anciano. Comprendes que en la oscuridad tus oídos y el tacto serán tus ojos.

Una vez llegamos a la entrada de FADU nos tapamos los oídos. Ahí se agrandaron todos los miedos y sentimientos que veníamos teniendo. Ahora solo nos quedaba el tacto como guía. 

Mientras subíamos las escaleras y nos apurábamos para no perder el de adelante, aferrados a la baranda tan fuerte como nunca antes. Hasta que... el de adelante avanzaba un poco mas rápido y no llegabas a agarrarlo y te quedabas completamente solo. Te sentías perdido, pero de una manera en la que nunca estuviste perdido y sin las herramientas más básicas con las que siempre contaste. 

Una vez llegamos al aula tuvimos que juntarnos con un compañero, tuvimos que olernos y tocarnos con una persona con la que quizás nunca hablaste. Sin embargo lo re hicimos. Cuando abrí los ojos era una chica con la que nunca nunca había hablado antes y sentí un poco toda la vergüenza que segundo antes no. Quede reflexionando mucho sobre como el hecho de las apariencias nos limitan a comportando como en realidad deberíamos y nos limitamos a hablar con ciertas personas solo por prejuicio.